Dado que los bosques selváticos que se extienden desde la Bretaña hasta Rusia fueron víctimas de la deforestación, causada por la sucesiva tala de árboles a lo largo de los siglos, el bisonte europeo fue prácticamente exterminado. La Pushcha constituye el último y más extenso territorio selvático cerrado de toda Europa. Desde antes de la Primera Guerra Mundial hasta el año 1919, soldados y cazadores furtivos habían aniquilado a casi todos los bisontes que habitaban el llano y, el 9 de febrero de 1921, fue abatido el último ejemplar que vivía en libertad.
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