Centro Histórico de Roma, los bienes de la Santa Sede beneficiarios del derecho de extraterritorialidad situados en la ciudad y San Pablo Extramuros

«Cáncer del bronce» y desintegración de la piedra

Marco Aurelio seguiría saludando a las nuevas generaciones desde lo alto de la columna si no fuera porque a finales de los años setenta los responsables de los monumentos artísticos descubrieron que la estatua estaba gravemente dañada: la capa metálica era tan delgada que se hizo urgente repararla. Los especialistas diagnosticaron que se trataba del «cáncer del bronce», causado ante todo por los gases emitidos por los tubos de escape de los automóviles. Cuando nueve años después los restauradores terminaron su trabajo no se mostraron del todo satisfechos con el resultado, ya que sólo habían logrado reducir la velocidad de desgaste. A pesar de ello, en abril de 1990 la estatua de Marco Aurelio regresó al centro histórico de Roma. Sin embargo, el zócalo del monumento, en la plaza del Capitolio, sigue vacío, ya que la figura ecuestre, símbolo romano por excelencia, se encuentra guardada tras cristales, de forma provisional, en una pequeña sala del Capitolio.

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