El Cairo

Luz radiante del Islam

Situado en el centro del casco antiguo, en la orilla izquierda del Nilo, el barrio residencial debe su nombre (Al-Qahira) a dos conjuntos de palacios, hoy desaparecidos, de la época de los fatimitas. Desde el siglo X, éstos embellecieron su ciudad residencial con un considerable número de magníficas mezquitas e impresionantes sedes oficiales. La dinastía convertía así a la ciudad en un importante centro político, espiritual y económico. La destrucción de Bagdad por los mongoles, en 1528, contribuyó aún más a que El Cairo siguiera irradiando su esplendor durante varios siglos, llegando incluso hasta los territorios más alejados del mundo islámico. La historia cairota está estrechamente vinculada a la difusión del Islam. Ya en el año 641, una década después de que el profeta hubiera fundado la nueva religión, surgía junto a los restos de la fortificación romana de El Cairo una mezquita de ladrillos, para cuya construcción los artesanos del señor de la guerra Amr Ibn el-As utilizaron restos de monumentos romanos y de la época faraónica. Aún hoy se conserva en este lugar una mezquita Amr, aunque se trata de un edificio que el sultán Saladino mandó construir en 1172 en el lugar ocupado anteriormente por una mezquita incendiada en 1169. Además, fue objeto de importantes modificaciones en el siglo XV.

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