Isla de Gorée

Aquellos dominios, que prosperaron rápidamente, debían su riqueza al comercio humano que se prolongó durante 300 años. Los esclavos eran encerrados en las diminutas celdas de las plantas bajas de las residencias a la espera de ser transporta dos vía marítima hacia el Nuevo Mundo. Como testimonio histórico, la restaurada Maison des Esclaves del siglo XVIII proporciona una idea de la situación. Hasta 150 esclavos negros eran hacinados en las estrechas celdas del edificio, que, por otra parte, es una obra maestra de los arquitectos portugueses. Como medida de precaución, los desafortunados eran atados con cadenas; algunas cadenas oxidadas cuelgan aún de las paredes como testimonio de la dura represión a que se vieron sometidos los esclavos. Quien se rebelaba contra su destino era obligado a permanecer incomunicado en un oscuro calabozo durante un tiempo.