Muralla romana de Lugo

Sinopsis histórica

La ciudad de Lugo fue fundada por los romanos como campamento militar con el nombre de Lucus Augusti en el siglo I a.C.; es probable que la guarnición se asentara sobre una antigua aldea prerromana, por cuanto el topónimo Lucus parece ser una latinización de la raíz celta Loug, a tenor de una inscripción conservada en el Museo de Braga (Portugal) donde aparece el nombre Aemilia Lougo; el asentamiento romano debe de ser anterior al año 45 a.C., ya que el gobernador Paulo Fabio Máximo dedicó en esa fecha una lápida a Cesar; su conversión en ciudad campamental, así como la concesión del título de Augusta, debió de producirse hacia el año 25 a.C., en el contexto de las Guerras Cántabras (29-16 a.C.), tras las victorias romanas de Bergidum (Cacabelos, León), Mons Vindius (al N. de Bergidum) y Mons Medullius (al SE. de Lucus, posiblemente en Las Médulas, León). La nueva ciudad fue diseñada con un trazado urbano en forma de damero, de acuerdo con los principios clásicos romanos. El plano original no requería que la ciudad fuera encerrada por una muralla defensiva, debido a la eficacia de la Pax Romana, pero a pesar de todo esta región continuó manteniendo una fuerte presencia militar, en forma de fortines y campamentos dispersos.

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