Templo del Sol en Konarak
Esencia de la belleza El dios dejó indicios de su presencia durante su eterna lucha contra las diabólicas criaturas, como lo testimonian las huellas que se encontraron al norte de la India, en Bodh Gaya. En el reino de Orissa –cuyo soberano adoptó en el siglo XIII el nombre de Narasingha («león-hombre»), una de las encarnaciones de Visnú–, se esculpieron en piedra los cuatro emblemas de la divinidad, que pasaron así a la posteridad: Puri, la ciudad de peregrinación, simbolizaba el cuerno; Bhubaneshwar, el lugar donde se encontraba el templo, encarnaba el disco; Jaipur era la maza, y Konarak, culminación del arte del templo de Orissa, la flor de loto, esencia de la pureza y la belleza. De esta forma nació la mitología de todo un país, que a partir de entonces fue enaltecido como un «lugar sagrado».
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