Valle de M'Zab

Agua en época de sequía

Los mozabitas, que interpretaban el Corán con extrema severidad, dieron a las ciudades que construyeron en el valle –denominadas ksour en bereber– los nombres de Ghardaia, El Atteuf, Bou Noura, Beni Isguen y Melika. Estos mozabitas bereberes eran los herederos de la antigua secta islámica de los ibaditas, que durante el siglo X dominó una parte del Magreb. En su huida de los musulmanes moderados de origen árabe, y después de un largo éxodo, decidieron instalarse en el valle de M’Zab y adoptaron el nombre de mozabitas. Estos nómadas, que también eran conocidos como los «puros», conservaron de forma ejemplar sus valores religiosos, sociales y morales durante un milenio. A partir del 1014, y de forma gradual, fueron transformando las áridas y rocosas tierras del valle en un vergel. Perforaron pozos de hasta 100 metros de profundidad, y evitaron las destructivas inundaciones de los torrentes, debidas a las fuertes y repentinas lluvias, mediante la construcción de poderosos muros de contención. Incluso en las épocas de sequía prolongada, que en esta parte del Sahara pueden durar dos y tres años, sabían encontrar agua suficiente para regar sus bosques de dátiles y sus huertos. Los propietarios, fieles a las normas de la comunidad, eran incapaces de trasvasar hacia sus tierras mayor cantidad de agua de la que les correspondía.

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